EVANGELIZAR EN LA EPJ
Misión: Comprometidos en formar los
mejores profesionales y educar en valores cristianos: respeto, solidaridad,
responsabilidad y cercanía.
“Somos una comunidad educativa cristiana comprometida con
sus alumnos en el desarrollo de sus capacidades, habilidades y actitudes. Con
este fin, colaboramos con nuestros alumnos en su propio desarrollo profesional
(competencia y habilidades) y personal (valores y compromiso)”.
Nuestro Proyecto educativo brota de la experiencia de fe y
de la misión educativa que trasmite la Institución Javeriana. En nuestros
documentos académicos y en los objetivos fundacionales marcados por el P. Manuel Marín Triana SJ, aparece siempre
la idea fuerza de trasmitir una formación
integral para los jóvenes, entendiendo por formación integral la que
desarrolla todas las dimensiones de la persona. Desde esa perspectiva
contemplamos al alumnado como sujeto que tiene que adquirir contenidos
específicos de su profesión, dotados de sentido que es construir
el mundo que Dios quiere: donde se comparta, donde se busque el bien común,
donde se viva la fraternidad sin barreras y con preferencia a los más
necesitados. Es dónde situamos el diálogo fe-cultura (PEC)
La tarea evangelizadora nos lleva a definir de forma
armónica nuestras intenciones educativas tal como aparecen definidas en la
Misión que es el horizonte de toda la actividad de la EPJ.(Misión, visión y valores. Plan
de Pastoral)
En primer lugar nos fijamos en la calidad y
cantidad de las dimensiones que queremos profundizar en nuestra actividad
académica La formación técnica se realiza por medio de los currículos de cada
módulo que integra cada ciclo formativo,
estos se plasman en procesos didácticos (Programaciones
de aula) y la tarea evangelizadora se lleva a cabo aportando sentido a cada
uno de los módulos y actividades que se realizan.
Se
trata de trasmitir contenidos que no solo los hagan útiles, sino formar
personas que puedan trasformar el mundo y para eso es importante dotar de sentido
los contenidos: “para qué” “cómo estar al servicio...” “cómo establecer
encuentro y diálogo...” “cuál es el planteamiento ético…” “cómo buscar el bien
de la persona y de la comunidad…” “cómo respetar la dignidad de las personas..”
“como respetar el medioambiente”
Evangelizar
para la EPJ en el ámbito académico significa aportar, por medio de los
currículos y actividades, el sentido cristiano a las realidades humanas que se
enseñan, es decir trasformar la mirada sobre ellas:
· Trabajar
conjuntamente en equipos técnicos
· Sentido
de la solidaridad nacional e internacional
· Necesidad
de lograr mejores condiciones de vida y de trabajo para todos.
· Preferencia
por los que necesitan más apoyo: cultural, económico y humano.
Trasformar la mirada más hacia el sentido que hacia el
contenido, hace que al tratar del RRI, participación y Mediación nos planteamos que más que
establecer normas de convivencia, reparemos en los valores que queremos vivir:
respeto, responsabilidad, cercanía… todo desde la base de la dignidad humana,
la igualdad entre las personas y el diálogo que propicia el encuentro.
En la
participación del alumnado buscamos su decisión e implicación personal, se
procura que asuman responsabilidades en su formación, esto se puede ver en la “firma
de contratos” que realizan entre ellos al inicio de los trabajos en equipo y
también en las rubricas de evaluación de los PBL.
La Mediación es una actividad privilegiada
de convivencia y de resolución de conflictos que muestra, de manera
experiencial, que es posible vivir juntos siendo diversos. Les ayuda a avanzar
en la dimensión ética.
El
compromiso social de la EPJ, es inicialmente desde su opción por las personas
que presentan carencias: económicas, sociales, culturales, de integración, de
motivación, y no se limita a actividades y campañas solidarias, el compromiso
lleva también, a la apertura hacia las personas que más apoyo necesitan y por
ello incorporamos alumnado, que en muchos casos quedaría excluido por tener
alguna discapacidad (Convenios con F.
Integralia y F. Síndrome de Down).
Esta integración también dota de sentido al resto del alumnado.
Las
competencias educativas, que tanto la OCDE como la Unión Europea han
establecido como básicas son ocho, pero nosotros optamos, desde la formación
integral, por incluir una novena, denominada competencia espiritual y que se
refiere a la dimensión profunda de todo ser humano. El informe Delors incide
sobre la importancia de trabajar la dimensión espiritual como medio para el crecimiento
personal. Dentro de la competencia espiritual podemos ver cuatro planos:
· Competencia
espiritual básica con los procesos: análisis de la historia personal,
autoconocimiento, sociabilidad, proyecto personal, dialogo y escucha,
asertividad, comunicación, ecologismo, sentido de la vida. (Accion tutorial, en el trabajo diario en aula)
· Competencia
espiritual trascendente con los procesos anteriores más: búsqueda, silencio,
apertura a lo diferente, espíritu crítico y constructivo, solidaridad afectiva
y efectiva, referencias basadas en lo Absoluto.
(Accion tutorial, Plan de Pastoral)
· Competencia
espiritual religiosa, con los procesos anteriores más: comprender procesos y
tradiciones, ámbito de lo sagrado, actitud religiosa, buscar puntos de encuentro
entre alumnos de otras religiones, empatizar con cualquier ser humano, amor,
justicia, diferenciación entre procesos religiosos y sectarios,
encuentro-dialogo.( Actividades
interculturales, Plan de Pastoral)
· Competencia
espiritual religiosa cristiana, los procesos anteriores pueden culminar con el
descubrimiento y compromiso con el mensaje de Jesús de Nazareth. (Plan de Pastoral)
En la EPJ nos
denominamos profesores que significa ofrecer, proponer, reconocer, en cuanto
nuestra enseñanza comunica de manera natural las creencias que acompañan a lo
que trasmitimos. Ser profesor, para nosotros implica una forma de trabajar que
atraviesa todos los procesos educativos del centro, y la llamamos
profesionalidad: calidad de lo que hacemos y el cómo lo hacemos y que tiene las
siguientes características:
· Racionalidad,
dando razón de sus actos como manifestación de autoridad y solvencia.
· Sistematización,
las actuaciones responden a procesos definidos y compartidos por el resto.
· Claridad
en los objetivos de su actuación, bien definidos, susceptibles de ser
entendidos por todos.
· Planificación,
los objetivos se despliegan como guía de su actuación y que se va adaptando
según la evolución de las actuaciones
· Control
y evaluación, dados unos objetivos y una planificación es necesario el control
del proceso y la evaluación final que facilite la mejora continua.
· Formación
permanente que permita la actualización de lo que se tenga que trasmitir.
En el
episodio de las Bodas de Caná (Jn 2) tomamos unos puntos de referencia para
nuestra actividad de profesores-docentes:
· Un
profesor atento a las necesidades del otro
· Un
profesor que confía en las posibilidades del alumno
· Un
profesor que sabe sacar lo mejor del alumno
· Un
profesor cercano al dolor y al sufrimiento (“al pie de la cruz”).
Como
se dice en el inicio de este texto, el carisma de la Institución Javeriana es
el que alienta y anima toda la acción educativa-formativa de la EPJ. La
sostenibilidad de nuestro proyecto existirá si el carisma sigue animando la
actividad de la EPJ, para ello es necesario un número de personas que revivan,
mantengan y actualicen la experiencia fundante: desde la experiencia en Jesús
de Nazaret realizar la actividad docente, trasmitir los valores como utopía,
que conjuntamente nos dan nuestro modelo educativo: carisma compartido, misión
compartida y visión compartida.
Febrero 2016
0 comentarios:
Publicar un comentario